domingo, 24 de septiembre de 2017

¡Doce puntos para ellas!

Solo nos votaba Portugal. Solo Portugal nos daba los doce puntos anhelados, los deseados, los que celebrábamos con furibunda pasión. Luego nosotros le devolvíamos el regalo como la buena acción del vecino que se siente correspondido. Doce puntos eran lo más. Representaban el éxito, aunque luego nos quedáramos de los últimos de Eurovisión. Así hemos sido siempre porque nos conformamos con poco.

Los doce puntos de los Miércoles de Teatro se los doy al Grupo de Teatro Ilusión. Un grupo de chiclaneras (bueno, algún chiclanero también ayuda) que cerró con brillo la trigésima edición de este encuentro veraniego de las artes escénicas. Por segunda vez consecutiva tienen el honor de cerrar el ciclo y han repetido éxito. En esta ocasión, el grupo liderado por Pepa de España se presentaba ante el respetable con la obra Y que le guste a mi madre, original de la propia Pepa. Una obra marcada por las coordenadas ya tradicionales en esta compañía que ha dado nuevos bríos a la escena chiclanera: humor de corte costumbrista, situaciones delirantes, personajes muy bien caracterizados, golpes de efecto en la narración y un buen ritmo a la hora de desarrollar los acontecimientos.

Y que le guste a mi madre es una nueva muestra de cuánto bueno nos ha traído el Grupo de Teatro Ilusión. Al público y a las propias integrantes de la compañía. Creo que no podremos agradecer lo suficiente a Pepa de España su empeño en sacar adelante a este grupo bien avenido y mejor trabajado. Se nota el tesón, la perseverancia, el máximo respeto por el texto de cada montaje. Y se nota donde es más importante: sobre el escenario. Ese trabajo afanoso se traduce en una puesta de escena eficaz, en un espectáculo que da sus frutos porque funciona con la precisión de un reloj suizo. Y si algo falla, no pasa nada, porque las actrices de esta compañía tienen los arrestos suficientes como para poder salir de una situación comprometida. Ahí está la frescura de su propuesta.

No les voy a contar de qué va Y que le guste a mi madre porque seguro que tendrán oportunidad en un futuro cercano de ver este montaje. Este o cualquier otro (en octubre representan en el Teatro Moderno de Chiclana La reliquia, obra de la que ya le hablamos aquí), porque da igual con qué concurran las chicas de Ilusión. El resultado será igual de beneficioso para nuestra salud: risas, bienestar, buen rollo. Solo quiero imitar un poco a doña Suplicio, alma mater de esta obra y otorgar puntos: doce, como la máxima distinción en Eurovisión. Doce puntacos porque el esmero y el trabajo del Grupo de Teatro Ilusión lo merecen. Esta vez no hace falta que Portugal les vote. El público, en cada montaje, les da esos doce puntos y todos los que ellas merezcan.

Solo nos queda decir ¡viva el teatro, viva el Grupo de Teatro Ilusión!

Foto: @zuhmalheur

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